lunes, 31 de mayo de 2010

Aliénor d’Aquitaine o Éléonore de Guyenne

Por Maria Eugenia Campagnoli
Ex Alumna ALIANZA FRANCESA DE RAFAELA

Monarca francesa nacida en Poitiers en 1122, aproximadamente, y fallecida en Fontevraud-l'Abbaye, el 1 de abril de 1204.
Fue duquesa de Aquitania y Guyena, y condesa de Gascuña, por herencia y derecho propios. Más tarde, fue reina consorte de Francia e Inglaterra. Fue hija de Guillermo X, duque de Aquitania, y de Leonor de Châtellerault. Además de ser la heredera al título y las tierras de su padre, Leonor fue una de las mujeres más influyentes de su época, ya que en cierto momento de la historia, era la persona que más territorios tenía en Francia, incluso más que el propio Rey. Al casarse con Luis VII, pasó a ser reina consorte, y tuvo con él dos hijas, María y Alix.
Debido al carácter de Leonor, que no era el que se esperaba de una mujer, sumisa y obediente, supeditada a la voluntad del varón, los roces entre la pareja real no tardaron en surgir. Leonor acompañó a su esposo a la segunda cruzada a Oriente, y ahí la situación matrimonial se agravó, ya que comenzaron a surgir rumores de una supuesta relación incestuosa entre Leonor y su tío, Raymundo de Poitiers, uno de los Grandes del Reino. Luego del distanciamiento final, consiguieron la anulación del matrimonio, por lo cual Leonor ya estaba dispuesta para casarse otra vez, con algún barón prominente del reino. Con dos hijas pequeñas, una reputación que salvar (cosa que le importaba bien poco), y una personalidad seductora y atractiva, por lo inteligente y culta que era, no demoró mucho tiempo en enamorar a Enrique, el heredero al trono inglés, que también tenía sangre francesa por parte de su padre. Este fue el surgimiento del llamado Imperio Angevino, durante el cual el rey de Inglaterra, siendo vasallo del rey de Francia (el ex marido de Leonor), tenía muchas más tierras que él. Con Enrique II tuvo 8 hijos, entre ellos, Ricardo, que luego la leyenda llamaría “el corazón de León”. Leonor supervisaba la educación de sus hijos, y muchas veces los instó a que se rebelaran contra el padre.
Por otro lado, pronto se hizo conocida en todas las cortes europeas, ya que en la propia, organizó una vida cultural ligada a la poesía, que no era frecuente entonces, sobre todo, por parte de las reinas. Fue mecenas de muchos trovadores y durante su reinado, logró establecer la corte en Poitiers. No faltaban los poetas, músicos, artistas, etc. Todos recibían la protección y el beneplácito de la soberana, y esto influyó también en su hija María de Francia, que escribió poesía amorosa y además, fue la protectora de Chrètien de Troyes, el primero en escribir los relatos artúricos casi tal como hoy los conocemos. María heredó de su madre el amor por la poesía, la cultura en general y la poesía galante y caballeresca en particular.
El descubrimiento de una amante de su esposo, hizo que Leonor se alejara de él cada vez más, propiciando mientras tanto, el camino hacia el trono para su hijo Ricardo. La infidelidad del rey llevó a Leonor a instar a sus hijos a que combatieran contra su padre. Éste, tras reprimir la rebelión de los príncipes, encarceló a su esposa en Chinon primero, y en Salisbury más tarde, donde permaneció la reina hasta la muerte del monarca.
Luego, Leonor se retiró a Fontevraud y salió de allí solamente por la muerte de Ricardo y el ascenso al trono de su hijo Juan.
A los 80 años, cuando ninguna mujer casi vivía hasta esa edad, la vieja reina, aguerrida y decidida a pelear por los suyos hasta el último aliento, sale de viaje hacia Castilla, atravesando los Pirineos, para elegir entre sus nietas a aquella que sería digna de casarse con un príncipe español, eligiendo a Blanca, que fue regente 3 veces y una de las reinas más queridas. La estirpe magnífica de Leonor no iba a perderse en el tiempo y la historia tan oscuramente, por lo cual, era justo que ella misma se encargara de elegir a quiénes perpetuarían su legado.
En abril de 1204, a los 82 años, muere en la Abadía a la cual se había retirado, y es sepultada junto a su esposo Enrique y su hijo Ricardo.
Fue llamada por algunos historiadores como “la reina rebelde”, una mujer de leyenda, “una soberana independiente”; pero lo cierto es que más allá de títulos y epígrafes, fue una mujer que se atrevió a derribar tabúes, actitudes, prejuicios y pensamientos que hacían de las mujeres, personas sumisas, calladas y que aceptaban, resignadas, su destino.
Quien diga que en la Edad Media las mujeres eran débiles, está la historia de Leonor para probar lo contrario….
Esposa, madre y abuela de reyes que hicieron historia, fue una mujer incomparable, que nunca claudicó, cuando esto implicaba renunciar a su esencia y sus derechos….


FUENTES CONSULTADAS:
WIKIPEDIA, enciclopedia virtual
“Leonor de Aquitania, la reina rebelde”, Jean Flori, Edhasa, Barcelona, 2004.

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