sábado, 10 de julio de 2010

Olympe de Gouges, o el rostro femenino de la Revolución….


Olympe de Gouges (Montauban, Francia, 7 de mayo de 1748 - París, 3 de noviembre de 1793), es el pseudónimo de Marie Gouze, escritora, dramaturga, panfletista y política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791).
Nació en Montauban, en una familia burguesa (su padre era carnicero y su madre, hija de un negociante de telas). Se casó a los 17 años con un hombre mayor con el que no fue feliz, quedando al cabo de un tiempo viuda y con un hijo, Pierre Aubry. Muy decepcionada por el matrimonio en general, que calificó de "tombeau de la confiance et de l’amour" (tumba de la confianza y del amor), siempre se negó a casarse de nuevo.
A principios de
1770, se trasladó a París donde se preocupó de que su hijo recibiera una muy buena educación. Llevaba una existencia burguesa, y frecuentaba los salones literarios parisinos donde conoció a la élite intelectual del siglo de oro francés.
Emprendió entonces una carrera literaria, y ya empieza a firmar con el nombre de Marie-Olympe o Olympe, segundo nombre de su madre, y añade una partícula a su apellido, cuya ortografía oficial aparecía tanto como Gouze o Gouge (su hermana mayor era Gouges).
Escribió varias obras de teatro y montó una compañía teatral itinerante que recorría la región de París, sin que sus ingresos le permitieran mantenerse. Pero rápidamente sus obras empezaron a ser representadas en teatros de toda Francia. Su obra más conocida, L’esclavage des noirs (La esclavitud de los negros), fue publicada en
1792, pero fue inscrita en el repertorio de la Comédie-Française en 1785 bajo el título de Zamore et Mirza, ou l’heureux naufrage (Zamore y Mirza, o el feliz naufragio).
Esta obra atrevida pretendía llamar la atención sobre la condición de los esclavos negros, pero Olympe tuvo que enfrentarse con la desaprobación de los actores de la Comédie Française. Ésta dependía económicamente de la
Corte de Versalles donde muchas familias nobles se habían enriquecido con la trata de esclavos. Por otro lado, el comercio con las colonias de ultramar representaba entonces el 50% del comercio exterior del país. Olympe fue encarcelada en la Bastilla por medio de una lettre de cachet, pero fue liberada al poco tiempo gracias a la intervención de sus amigos.
Con la
Revolución, su obra pudo por fin ser representada en la Comédie Française. A pesar de las presiones y amenazas del lobby colonial, todavía muy influyente, Olympe de Gouges mantuvo una intensa actividad a favor de la abolición de la esclavitud. En 1788 publicó el ensayo Réflexions sur les hommes nègres (Reflexiones sobre los hombres negros) que le abrió las puertas del "Club des amis des noirs" (Club de los amigos de los negros) del que fue miembro. En 1790 escribió otra obra sobre el mismo tema, Le marché des Noirs (El mercado de los negros).
En
1791 escribió su famosa Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que comenzaba con las siguientes palabras:
Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta.
En la línea de
Montesquieu, defendió la separación de poderes. Apoyó en un principio la monarquía constitucional, pero adhirió rápidamente a la causa republicana y se opuso a la condena a muerte de Luis XVI en 1793. Tomó partido por los Girondinos y advirtió sobre los riesgos de dictadura criticando duramente la política de Robespierre y Marat.
Debido a los duros enfrentamientos con el sector más acérrimo y violento de los revolucionarios, Olympe fue detenida, ya enferma, mientras veía que sus amigos girondinos iban cayendo poco a poco bajo la vigilancia del poder jacobino. Como era mujer, en su juicio no pudo disponer de un abogado, y fue sentenciada a la pena capital por el “Tribunal Revolucionario”. Sola, y con valor e inteligencia, se defendió ante los jurados, por haber expresado sus ideas libremente, y por haber pedido muchas veces que se frenaran los excesos de la facción más sanguinaria del partido. Su juicio sumario tuvo lugar el 2 de noviembre de 1793, y fue ejecutada al día siguiente, un par de semanas más tarde que María Antonieta de Austria, la reina derrocada.
Olympe bregó para que los principios de la Revolución, Libertad, Igualdad y Fraternidad, no quedaran solamente en un discurso machista, agresivo y radical, sino para que fueran auténticamente extensivos a todos los ciudadanos franceses, ya que poco se podía hablar de Libertad, si las mujeres, “la otra mitad”, no estaban incluidas en el plan.

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