Viernes 30 de Octubre del 2009
"BIEN FRANCES"
Será este viernes 30 a las 20 en la nueva sala denominada "Espace culturel", de la Alianza Francesa Rafaela, ubicada en Brown y Pueyrredón, frente a la Plazoleta Centenario. La entrada será libre y gratuita.La muestra de fotografías "Bien francés" Retratos de la Cultura Francesa, rescata personajes de gran influencia en el siglo XX y la actualidad, de la cultura de Francia. Constituye una mirada particular sobre aquellas "personas" que logran emocionar al público en diferentes ámbitos del arte: la fotografía, el cine, la arquitectura, la literatura, y la música. El corpus fotográfico consta de 12 fotos, en blanco y negro.Vale destacar que esta muestra se concretó bajo una idea original de Julieta Trivelli, con la colaboración de la Alianza Francesa local, Fito Previderé, Paula Kuschnir, María Emilia Sánchez y Estudio Emme Diseño.La concreción de esta muestra es una buena noticia para los amantes de la cultura francesa, especialmente para quienes integran la Alianza local, sumándose esta actividad a las muchas que, en los últimos tiempos, ha venido desarrollando en pos de reafirmar su espacio cultural.
viernes, 30 de octubre de 2009
lunes, 26 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
Amelie Poulain
Le fabuleux destin d'Amélie Poulain
Año: 2001.Países: Francia / Alemania.
Duración: 120 min.
Interpretación: Audrey Tautou (Amelie Poulain), Mathieu Kassovitz (Nino Quincampoix), Rufus (Raphaël Poulain), Yolande Moreau (Madeleine Wallace), Artus de Penguern (Hipolito), Urbain Cancelier (Collignon), Maurice Bénichou (Dominique Bretodeau), Dominique Pinon (Joseph), Claude Perron (Eva).
SINOPSIS
Amelie (Audrey Tautou) es una persona que se ha creado su propia vida. Nacida en un entorno hostil a la felicidad, ha suplido faltas de cariño y de abundancia con una imaginación desbordante que convierte su existencia en una fábula, de encuentros y desencuentros, en la que ella se asigna el papel del hada buena, la que facilita las vidas de los demás con un toque de varita mágica. Pero un hada humana al fin y al cabo que se dará cuenta de que también ella necesita de sus poderes. Extraído de la Butaca
Ser tierno y sentimental tiene su premio
Sábado 19 de enero de 2002
El último film de Jean-Pierre Jeunet, "Amélie", se ha convertido en el mayor éxito del año en Francia. "Durante años -dice Jeunet- he recogido en mi computadora una lista de las cosas que me hacen feliz, desde observaciones personales hasta recuerdos. Muchas de esas pequeñas cosas, todas ellas positivas y mágicas, se han volcado de alguna manera en «Amélie»."
El film, la historia de una tímida camarera de Montmartre (Audrey Tatou) que finalmente sale de su personal mundo de sueños para aceptar el verdadero amor, se sirve desembozadamente del sentimentalismo. Jeunet manipula digitalmente las nubes parisienses para que parezcan animalitos de paño; en un montaje con música de acordeón, Notre Dame, veteada por el sol, centellea en el fondo mientras Amélie y su amante pasan por delante en moto, colmados de dicha.
Lo que Jeunet llama "la trama principal" es una crónica de los elaborados medios por los cuales Amélie logra impedir un examen de su propia soledad ayudando en secreto a otros. A su manera, Amélie es tan entrometida como la Emma de Jane Austen, con la diferencia de que todas sus maquinaciones son exitosas. En una escena conmovedora produce una carta falsa que convence a su vecina, una viuda deprimida, de que su marido abandónico en realidad la amaba. Lluvia de cartas
"Cuando me mudé a París -recuerda el director- vivía en un vecindario donde había un centro para ciegos. Todo el tiempo había ciegos en la calle, y siempre deseé caminar silenciosamente detrás de uno de ellos y describirle todas las cosas maravillosas que nos rodeaban, los colores que él no podía ver, para después alejarme. Pero me da miedo hacerlo. De modo que Amélie lo hace en mi lugar."
En Francia, las buenas acciones de Amélie han inspirado a muchos imitadores en la vida real. "He recibido muchas cartas de personas que desean actuar como Amélie -dijo Jeunet con orgullo-. Una persona decía que cortaba en secreto el césped de una anciana que vive enfrente de su casa. Y una chica me cuenta en su carta que se sentó junto a una ciega en el autobús y le describió todo lo que se veía por la ventanilla. Esas cosas están ocurriendo ahora en París, y me parecen maravillosas."
Jeunet, que tiene 48 años, llegó a París a los 20, desde su ciudad natal, Nancy. Inmediatamente empezó a hacer "películas cortas y raras" con una cámara de súper 8. Lo último que se le ocurría hacer era un film de la nouvelle vague. "La nouvelle vague -dice el director- fue realmente terrible para el cine francés. En mi juventud, me aburría tremendamente con esas historias tan tristes, películas sobre parejas que peleaban en su cocina durante dos horas.
La necesidad de control del realizador, por otra parte, prolongó el trabajo de posproducción. "Casi todos los cuadros fueron alterados para embellecerlos -se justifica-. Como filmamos en digital, pude hacer cosas como intensificar el color, eliminar la basura de las calles y agregar muchos efectos especiales. Fue grandioso."
Cuando "Amélie" se estrenó en Francia, el año último, algunos críticos se sorprendieron por su tono agresivamente optimista. ¿Era éste el mismo hombre que había creado, en "Delicatessen", un relato apocalíptico de canibalismo? "Hace mucho que quería hacer un film así -confiesa Jeunet-, pero era imposible con Marc, que siempre se avergüenza con la emoción y detesta las historias de amor. Así que me dije: esto tendré que hacerlo solo.
"Estar lejos de Francia me hizo echar de menos un París de cuento de hadas, el París de mi juventud. Por eso el Montmartre del film tiene tantos efectos visuales. Es pura nostalgia, y no veo nada de malo en eso."
Jeunet es integrante del grupo de "Galywood" (el Hollywood galo), formado por directores franceses, como Luc Besson, que se inspiran más en Spielberg que en Godard. Por cierto, Jeunet no es un artista intelectual. Dice que no lee, "salvo en vacaciones", y aunque "Amélie" se inspiró en parte en "Los 400 golpes" de Truffaut (que también transcurre en Montmartre), su sensibilidad intensificada está más próxima a la extravagancia pop de "Moulin Rouge", de Baz Luhrmann.
Lunes 26 de Oct
20.30 hs
Sociedad Italiana
Dirección: Jean-Pierre Jeunet.
Año: 2001.Países: Francia / Alemania.
Duración: 120 min.
Interpretación: Audrey Tautou (Amelie Poulain), Mathieu Kassovitz (Nino Quincampoix), Rufus (Raphaël Poulain), Yolande Moreau (Madeleine Wallace), Artus de Penguern (Hipolito), Urbain Cancelier (Collignon), Maurice Bénichou (Dominique Bretodeau), Dominique Pinon (Joseph), Claude Perron (Eva).
SINOPSIS
Amelie (Audrey Tautou) es una persona que se ha creado su propia vida. Nacida en un entorno hostil a la felicidad, ha suplido faltas de cariño y de abundancia con una imaginación desbordante que convierte su existencia en una fábula, de encuentros y desencuentros, en la que ella se asigna el papel del hada buena, la que facilita las vidas de los demás con un toque de varita mágica. Pero un hada humana al fin y al cabo que se dará cuenta de que también ella necesita de sus poderes. Extraído de la Butaca
Nota: Diario la Nación
Ser tierno y sentimental tiene su premio
Sábado 19 de enero de 2002
El último film de Jean-Pierre Jeunet, "Amélie", se ha convertido en el mayor éxito del año en Francia. "Durante años -dice Jeunet- he recogido en mi computadora una lista de las cosas que me hacen feliz, desde observaciones personales hasta recuerdos. Muchas de esas pequeñas cosas, todas ellas positivas y mágicas, se han volcado de alguna manera en «Amélie»."
El film, la historia de una tímida camarera de Montmartre (Audrey Tatou) que finalmente sale de su personal mundo de sueños para aceptar el verdadero amor, se sirve desembozadamente del sentimentalismo. Jeunet manipula digitalmente las nubes parisienses para que parezcan animalitos de paño; en un montaje con música de acordeón, Notre Dame, veteada por el sol, centellea en el fondo mientras Amélie y su amante pasan por delante en moto, colmados de dicha.
Lo que Jeunet llama "la trama principal" es una crónica de los elaborados medios por los cuales Amélie logra impedir un examen de su propia soledad ayudando en secreto a otros. A su manera, Amélie es tan entrometida como la Emma de Jane Austen, con la diferencia de que todas sus maquinaciones son exitosas. En una escena conmovedora produce una carta falsa que convence a su vecina, una viuda deprimida, de que su marido abandónico en realidad la amaba. Lluvia de cartas
"Cuando me mudé a París -recuerda el director- vivía en un vecindario donde había un centro para ciegos. Todo el tiempo había ciegos en la calle, y siempre deseé caminar silenciosamente detrás de uno de ellos y describirle todas las cosas maravillosas que nos rodeaban, los colores que él no podía ver, para después alejarme. Pero me da miedo hacerlo. De modo que Amélie lo hace en mi lugar."
En Francia, las buenas acciones de Amélie han inspirado a muchos imitadores en la vida real. "He recibido muchas cartas de personas que desean actuar como Amélie -dijo Jeunet con orgullo-. Una persona decía que cortaba en secreto el césped de una anciana que vive enfrente de su casa. Y una chica me cuenta en su carta que se sentó junto a una ciega en el autobús y le describió todo lo que se veía por la ventanilla. Esas cosas están ocurriendo ahora en París, y me parecen maravillosas."
Jeunet, que tiene 48 años, llegó a París a los 20, desde su ciudad natal, Nancy. Inmediatamente empezó a hacer "películas cortas y raras" con una cámara de súper 8. Lo último que se le ocurría hacer era un film de la nouvelle vague. "La nouvelle vague -dice el director- fue realmente terrible para el cine francés. En mi juventud, me aburría tremendamente con esas historias tan tristes, películas sobre parejas que peleaban en su cocina durante dos horas.
La necesidad de control del realizador, por otra parte, prolongó el trabajo de posproducción. "Casi todos los cuadros fueron alterados para embellecerlos -se justifica-. Como filmamos en digital, pude hacer cosas como intensificar el color, eliminar la basura de las calles y agregar muchos efectos especiales. Fue grandioso."
Cuando "Amélie" se estrenó en Francia, el año último, algunos críticos se sorprendieron por su tono agresivamente optimista. ¿Era éste el mismo hombre que había creado, en "Delicatessen", un relato apocalíptico de canibalismo? "Hace mucho que quería hacer un film así -confiesa Jeunet-, pero era imposible con Marc, que siempre se avergüenza con la emoción y detesta las historias de amor. Así que me dije: esto tendré que hacerlo solo.
"Estar lejos de Francia me hizo echar de menos un París de cuento de hadas, el París de mi juventud. Por eso el Montmartre del film tiene tantos efectos visuales. Es pura nostalgia, y no veo nada de malo en eso."
Jeunet es integrante del grupo de "Galywood" (el Hollywood galo), formado por directores franceses, como Luc Besson, que se inspiran más en Spielberg que en Godard. Por cierto, Jeunet no es un artista intelectual. Dice que no lee, "salvo en vacaciones", y aunque "Amélie" se inspiró en parte en "Los 400 golpes" de Truffaut (que también transcurre en Montmartre), su sensibilidad intensificada está más próxima a la extravagancia pop de "Moulin Rouge", de Baz Luhrmann.
L’apéritif
Prof. Lili Gaido
El aperitivo llamado por los franceses “l’apéro”, es ante todo un ritual social que se lleva a cabo antes de las comidas, almuerzo o cena. Se lo bebe en un café o en casa con amigos o familiares.
El pretexto del aperitivo es abrir el apetito. Las bebidas tradicionales son el pastis (es similar a nuestro anís pero más seco), martini, oporto. Kir (mezcla de vino blanco y de licor de cassis o grosella negra), whisky o jugo de frutas para quienes no consumen alcohol. Las bebidas son acompañadas con cacahuetes y pequeñas galletas saladas.
Se llega a lo de un amigo a la hora del “apéro” y este momento es la ocasión de conversaciones generales y distendidas pero cuando el alcohol comienza a calentar el espíritu de los comensales, las discusiones se tornan animadas y ruidosas.
El aperitivo llamado por los franceses “l’apéro”, es ante todo un ritual social que se lleva a cabo antes de las comidas, almuerzo o cena. Se lo bebe en un café o en casa con amigos o familiares.
El pretexto del aperitivo es abrir el apetito. Las bebidas tradicionales son el pastis (es similar a nuestro anís pero más seco), martini, oporto. Kir (mezcla de vino blanco y de licor de cassis o grosella negra), whisky o jugo de frutas para quienes no consumen alcohol. Las bebidas son acompañadas con cacahuetes y pequeñas galletas saladas.
Se llega a lo de un amigo a la hora del “apéro” y este momento es la ocasión de conversaciones generales y distendidas pero cuando el alcohol comienza a calentar el espíritu de los comensales, las discusiones se tornan animadas y ruidosas.
lunes, 19 de octubre de 2009
Entre Murs
HOY LUNES 19/10/09
20.30hs
Sociedad Italiana
Dirección: Laurent Cantet.
País: Francia.Año: 2008.
Duración: 128 min.
Género: Drama.
Interpretación: François Bégaudeau, Vincent Caire, Olivier Dupeyron, Patrick Dureuil, Frédéric Faujas, Laura Baquela, Juliette Demaille, Dalla Doucoure, Esméralda Ouertani, Franck Keïta, Wei Huang.
SINOPSIS
François (François Bégaudeau) y los demás profesores se preparan para enfrentarse a un nuevo curso en un instituto situado en un barrio conflictivo. Llenos de buenas intenciones, deseosos de aportar la mejor educación a sus alumnos, se arman contra el desaliento. Pero las culturas y las actitudes se enfrentan en el aula, microcosmos de la Francia contemporánea. Por muy divertidos y estimulantes que sean los adolescentes, sus comportamientos pueden cortar de raíz el entusiasmo de un profesor que no cobra bastante. La tremenda franqueza de François sorprende a sus alumnos, pero su estricto sentido de la ética se tambalea cuando los jóvenes empiezan a no aceptar sus métodos.
Ciclo de Cine Contemporáneo. Organizado por Sociedad Italiana de Rafaela y la Alianza Francesa.
Emblema de París, musa inspiradora
Domingo 18 de octubre de 2009 Publicado por la Nación
Retratada por artistas de todo el mundo, la Torre Eiffel alberga una muestra que recorre sus 120 años de historia.
PARIS.- La Torre Eiffel cumplió 120 años y para celebrarlo presenta, hasta el 31 de diciembre, una muestra que recorre su historia. La epopeya de la Torre Eiffel es el nombre de este recorrido por sus momentos memorables.
Con afiches, fotos, videos y objetos, cada una de las ocho partes de la exhibición explora un aspecto singular de la obra arquitectónica de Gustave Eiffel.
En el corredor central, la sección La torre de fiesta muestra cómo fue decorado el emblema parisiense durante los grandes acontecimientos sociales y culturales. El 4 de julio de 1925, por ejemplo, un proyecto publicitario, que el fabricante de carteles de neón Jacopozzi había creado para Citroën, hizo que la torre revelara el nombre de la automotriz por medio de cientos de luces centelleantes.
Para la Exposición Internacional de 1937, el fotógrafo André Granet la vistió de reflejos dorados, rojos y azules con ayuda de diez kilómetros de tubos flourescentes. Y durante los dos primeros meses de la presidencia francesa de la Unión Europea, que se extendió de junio a diciembre de 2008, la torre reflejaba de noche la bandera comunitaria, las doce estrellas amarillas sobre fondo azul.
Protagonista de importantes conmemoraciones, también lo ha sido de grandes películas. A escasos pasos del corredor central, una carpa alberga La torre estrella de cine , donde se proyectan fragmentos de Casablanca , Funny Face , Sin aliento y Superman 2 , donde el monumento compartió escena con actores tan reconocidos como Humphrey Bogart, Audrey Hepburn y Jean-Paul Belmondo.
En el corredor exterior, una serie de paneles ilustran el proceso de construcción de la estructura. En ellos se recuerda que tardó dos años, dos meses y cinco días en erigirse, que está ensamblada con 2,5 millones de tornillos y que 25 personas tardan 18 meses en darle una mano de pintura. Además tiene 324 metros (con la antena principal), 620 empleados y 1665 escalones. Cada año recibe siete millones de turistas y desde que abrió sus puertas el 14 de mayo de 1889, varios días después de la inauguración de la Exposición Universal, la han visitado 245 millones de personas.
En la escalera sur, que desciende hasta el hall de entrada, la muestra pasa revista por los llamados hijos de la Torre Eiffel , las edificaciones que en distintos puntos del planeta han imitado la altura y la grandiosidad del monumento parisiense.
Entre las primeras de la lista figura la torre Fourvière de Lyon, una estructura metálica de 86 metros inaugurada en 1894 y de asombroso parecido con la de París. En 1930, el edificio Chrysler de Nueva York, de 319 metros, se convirtió en el más alto del mundo, quedándose con el título que durante cuatro décadas había tenido la Torre Eiffel.
Objeto de inspiración
En el pabellón Ferrier del primer piso, un conjunto de litografías, dibujos pinturas y fotografías refleja la inspiración que constituyó la Torre Eiffel para algunos artistas, que a menudo la retrataron en sus obras. Así, junto a los afiches realizados para las Exposiciones Universales de 1889 y 1990 cuelgan los homenajes de Robert Delaunay, Marc Chagall y el español Eduardo Arroyo, cuya litografía presenta a una mujer con una Torre Eiffel en miniatura colgada de la oreja derecha. También se incluyen los grabados que el pintor francés Henri Rivière realizó entre 1888 y 1902 con el título Treinta y seis vistas de la Torre Eiffel .
Un costado del salón está reservado a los retratos de la torre que hicieron fotógrafos como Robert Doisneau, Henri Cartier-Bresson, Marc Riboud y Elliott Erwitt.
La torre se ha plasmado en manteles, sellos, cortinas, sábanas, toallas y platos, y ha tomado la forma de objetos tan variopintos como encendedores, botellas, llaveros, relojes y lámparas. Muchos de estos ejemplares, la mayoría souvenirs para el turista, se exhiben en la sección La torre multiplicada .
El último punto de la visita es el llamado Estructuras, puentes y una torre , dedicado a Gustave Eiffel. El ingeniero realizó la estructura metálica de la Estatua de la Libertad de Nueva York, así como puentes en ciudades de todo el mundo. Pero la historia lo recordará siempre por la obra que lleva su nombre.
Retratada por artistas de todo el mundo, la Torre Eiffel alberga una muestra que recorre sus 120 años de historia.
PARIS.- La Torre Eiffel cumplió 120 años y para celebrarlo presenta, hasta el 31 de diciembre, una muestra que recorre su historia. La epopeya de la Torre Eiffel es el nombre de este recorrido por sus momentos memorables.
Con afiches, fotos, videos y objetos, cada una de las ocho partes de la exhibición explora un aspecto singular de la obra arquitectónica de Gustave Eiffel.
En el corredor central, la sección La torre de fiesta muestra cómo fue decorado el emblema parisiense durante los grandes acontecimientos sociales y culturales. El 4 de julio de 1925, por ejemplo, un proyecto publicitario, que el fabricante de carteles de neón Jacopozzi había creado para Citroën, hizo que la torre revelara el nombre de la automotriz por medio de cientos de luces centelleantes.
Para la Exposición Internacional de 1937, el fotógrafo André Granet la vistió de reflejos dorados, rojos y azules con ayuda de diez kilómetros de tubos flourescentes. Y durante los dos primeros meses de la presidencia francesa de la Unión Europea, que se extendió de junio a diciembre de 2008, la torre reflejaba de noche la bandera comunitaria, las doce estrellas amarillas sobre fondo azul.
Protagonista de importantes conmemoraciones, también lo ha sido de grandes películas. A escasos pasos del corredor central, una carpa alberga La torre estrella de cine , donde se proyectan fragmentos de Casablanca , Funny Face , Sin aliento y Superman 2 , donde el monumento compartió escena con actores tan reconocidos como Humphrey Bogart, Audrey Hepburn y Jean-Paul Belmondo.
En el corredor exterior, una serie de paneles ilustran el proceso de construcción de la estructura. En ellos se recuerda que tardó dos años, dos meses y cinco días en erigirse, que está ensamblada con 2,5 millones de tornillos y que 25 personas tardan 18 meses en darle una mano de pintura. Además tiene 324 metros (con la antena principal), 620 empleados y 1665 escalones. Cada año recibe siete millones de turistas y desde que abrió sus puertas el 14 de mayo de 1889, varios días después de la inauguración de la Exposición Universal, la han visitado 245 millones de personas.
En la escalera sur, que desciende hasta el hall de entrada, la muestra pasa revista por los llamados hijos de la Torre Eiffel , las edificaciones que en distintos puntos del planeta han imitado la altura y la grandiosidad del monumento parisiense.
Entre las primeras de la lista figura la torre Fourvière de Lyon, una estructura metálica de 86 metros inaugurada en 1894 y de asombroso parecido con la de París. En 1930, el edificio Chrysler de Nueva York, de 319 metros, se convirtió en el más alto del mundo, quedándose con el título que durante cuatro décadas había tenido la Torre Eiffel.
Objeto de inspiración
En el pabellón Ferrier del primer piso, un conjunto de litografías, dibujos pinturas y fotografías refleja la inspiración que constituyó la Torre Eiffel para algunos artistas, que a menudo la retrataron en sus obras. Así, junto a los afiches realizados para las Exposiciones Universales de 1889 y 1990 cuelgan los homenajes de Robert Delaunay, Marc Chagall y el español Eduardo Arroyo, cuya litografía presenta a una mujer con una Torre Eiffel en miniatura colgada de la oreja derecha. También se incluyen los grabados que el pintor francés Henri Rivière realizó entre 1888 y 1902 con el título Treinta y seis vistas de la Torre Eiffel .
Un costado del salón está reservado a los retratos de la torre que hicieron fotógrafos como Robert Doisneau, Henri Cartier-Bresson, Marc Riboud y Elliott Erwitt.
La torre se ha plasmado en manteles, sellos, cortinas, sábanas, toallas y platos, y ha tomado la forma de objetos tan variopintos como encendedores, botellas, llaveros, relojes y lámparas. Muchos de estos ejemplares, la mayoría souvenirs para el turista, se exhiben en la sección La torre multiplicada .
El último punto de la visita es el llamado Estructuras, puentes y una torre , dedicado a Gustave Eiffel. El ingeniero realizó la estructura metálica de la Estatua de la Libertad de Nueva York, así como puentes en ciudades de todo el mundo. Pero la historia lo recordará siempre por la obra que lleva su nombre.
sábado, 17 de octubre de 2009
L’ accordéon
Por Lili Gaido
El acordeón es el instrumento que le pone música a Francia, es el que acompaña las imágenes de París, de Montmartre y le da un toque de romanticismo y de sentimientos en las películas que buscan el rastro de un país tradicional y de sus raíces. Ignorada y menospreciada por las jóvenes generaciones ha conocido su momento de gloria en los años treinta y cuarenta. Es el emblema de la música popular , el sonido familiar de su estilo "musette" (gaita o cornamusa) de los bailes familiares y de los cabarets de París.
Actualmente, es escuchada en los valses del 14 de julio o en ciertas ocasiones como un casamiento, cuando el tío acordeonista aficionado saca el instrumento de su estuche, dando nacimiento a una canción nostálgica que cada francés reconocerá gracias a su sonido generoso y colorido.
lunes, 12 de octubre de 2009
Le Scaphandre et le Papillon
La Escafandra y la Mariposa
Hoy Lunes 20.30
Sociedad Italiana
Sinopsis
En 1995 a la edad de 43 años, Jean-Dominique Bauby, carismático redactor jefe de la revista francesa Elle, sufrió una embolia masiva. Salió del coma tres semanas más tarde y se descubre que es víctima del "síndrome de cautiverio "; está totalmente paralizado, no puede moverse, comer, hablar ni respirar sin asistencia. Su mente funciona con normalidad y sólo es capaz de comunicarse con el exterior mediante el parpadeo de su ojo izquierdo. Forzado a adaptarse a esta única perspectiva, Bauby crea un nuevo mundo a partir de las dos cosas sobre las que conserva el control: su imaginación y su memoria.
En un hospital de Berk-Sur-Mer, le enseñan un código usando las letras más comunes del alfabeto utilizando el parpadeo de su ojo izquierdo. Mediante este parpadeo, y con la ayuda de los doctores del hospital es capaz de deletrear letra a letra concienzudas palabras, frases y párrafos. Mediante este método es capaz de dictar una profunda aventura dentro del psique humano. Este método es capaz de abrir la prisión que resulta su cuerpo (la escafandra) permitiéndole planear sin límites el reino de la libertad (la mariposa).
En un hospital de Berk-Sur-Mer, le enseñan un código usando las letras más comunes del alfabeto utilizando el parpadeo de su ojo izquierdo. Mediante este parpadeo, y con la ayuda de los doctores del hospital es capaz de deletrear letra a letra concienzudas palabras, frases y párrafos. Mediante este método es capaz de dictar una profunda aventura dentro del psique humano. Este método es capaz de abrir la prisión que resulta su cuerpo (la escafandra) permitiéndole planear sin límites el reino de la libertad (la mariposa).
Willy Ronis
ICultura
Extraído en RFI (Radio France Internacional)
Extraído en RFI (Radio France Internacional)
Willy Ronis nació el 14 de agosto de 1910 en el 9° distrito de París, de padres judíos que habían huido de las persecuciones de Europa del Este. Su primer contacto con la profesión lo obtuvo de su padre, fotógrafo de barrio, que le regaló una cámara Kodak.
“Para mí era un juguete. Yo no quería ser fotógrafo, quería ser compositor de música”, diría al final de su vida, como autor de unas 100.000 fotografías.
Pese a su vocación inicial, la enfermedad de su padre en 1932 lo obligó a ocuparse del estudio fotográfico de la familia, un oficio que le resultaba tedioso por su carácter sedentario. En 1935, tras la muerte de su progenitor, se mudó al popular 11° distrito de París.
En 1936, empapado con ideales de izquierda que comparte con Robert Capa o David “Chim” Saymour, Ronis ilustró con su cámara la llegada al poder del Frente Popular. En esa época conoció a Brassaï o Cartier Bresson, con quienes sentó las bases de la “fotografía humanista”, una mirada vívida que describe la vida cotidiana.
Ronis definió esta aproximación de su profesión con una metáfora: “Es sacar fotos como canta el pájaro. Sin hacerse preguntas”.
Sus primeros reportajes fotográficos fueron publicados en la revista "Miradas", donde ilustró las huelgas en la fábrica de Citroën.
Durante la Segunda Guerra Mundial dejó la fotografía y se dedicó al teatro, a la decoración cinematográfica y a la pintura de joyas con su esposa Marie-Anne, entre otras actividades.
Cuando llegó la Liberación del país, Ronis participó en el renacimiento de la prensa ilustrada y en 1946, formó parte del primer equipo de la agencia Rapho, al lado de Robert Doisneau y Brassaï.
“Para mí era un juguete. Yo no quería ser fotógrafo, quería ser compositor de música”, diría al final de su vida, como autor de unas 100.000 fotografías.
Pese a su vocación inicial, la enfermedad de su padre en 1932 lo obligó a ocuparse del estudio fotográfico de la familia, un oficio que le resultaba tedioso por su carácter sedentario. En 1935, tras la muerte de su progenitor, se mudó al popular 11° distrito de París.
En 1936, empapado con ideales de izquierda que comparte con Robert Capa o David “Chim” Saymour, Ronis ilustró con su cámara la llegada al poder del Frente Popular. En esa época conoció a Brassaï o Cartier Bresson, con quienes sentó las bases de la “fotografía humanista”, una mirada vívida que describe la vida cotidiana.
Ronis definió esta aproximación de su profesión con una metáfora: “Es sacar fotos como canta el pájaro. Sin hacerse preguntas”.
Sus primeros reportajes fotográficos fueron publicados en la revista "Miradas", donde ilustró las huelgas en la fábrica de Citroën.
Durante la Segunda Guerra Mundial dejó la fotografía y se dedicó al teatro, a la decoración cinematográfica y a la pintura de joyas con su esposa Marie-Anne, entre otras actividades.
Cuando llegó la Liberación del país, Ronis participó en el renacimiento de la prensa ilustrada y en 1946, formó parte del primer equipo de la agencia Rapho, al lado de Robert Doisneau y Brassaï.
Los amantes de la Bastilla
A partir de 1947, Ronis se apasionó por los barrios populares de Belleville y Ménilmontant y caminó por las calles de ese París popular -“Salía con mi cámara hasta para ir a comprar el pan”-, al que plasmó en fotografía.
Una de sus fotos más conocidas es la de una pareja besándose en lo alto de la columna de Julio de la Bastilla.
“Había subido ese día para sacar fotos desde arriba. No veo a nadie, y me digo ‘voy a estar tranquilo’. Me doy vuelta, y veo a dos amantes acodados mirando el paisaje. Mientras armo mi máquina, el joven le da un beso en la sien a su amiga. No se dieron cuenta de que los fotografiaba”, recuerda.
Treinta años después, el primer fotógrafo francés en trabajar para la revista norteamericana Life volvería a encontrarse con la pareja, “Riton” y Mariette.
A fines de los años 70 le llegó la consagración con el Gran Premio de las Artes y las Letras para la fotografía (1979) y uno de sus libros recibió el prestigioso premio Nadar (1981).
Después, se sucedieron exposiciones, retrospectivas y homenajes, en especial en París, y a fines de 2008 publicó "Nubes", con muestras de 56 años de trabajo fotográfico.
A partir de 1947, Ronis se apasionó por los barrios populares de Belleville y Ménilmontant y caminó por las calles de ese París popular -“Salía con mi cámara hasta para ir a comprar el pan”-, al que plasmó en fotografía.
Una de sus fotos más conocidas es la de una pareja besándose en lo alto de la columna de Julio de la Bastilla.
“Había subido ese día para sacar fotos desde arriba. No veo a nadie, y me digo ‘voy a estar tranquilo’. Me doy vuelta, y veo a dos amantes acodados mirando el paisaje. Mientras armo mi máquina, el joven le da un beso en la sien a su amiga. No se dieron cuenta de que los fotografiaba”, recuerda.
Treinta años después, el primer fotógrafo francés en trabajar para la revista norteamericana Life volvería a encontrarse con la pareja, “Riton” y Mariette.
A fines de los años 70 le llegó la consagración con el Gran Premio de las Artes y las Letras para la fotografía (1979) y uno de sus libros recibió el prestigioso premio Nadar (1981).
Después, se sucedieron exposiciones, retrospectivas y homenajes, en especial en París, y a fines de 2008 publicó "Nubes", con muestras de 56 años de trabajo fotográfico.
lunes, 5 de octubre de 2009
Dialogue avec mon jardinier
Lugar: Sociedad Italiana
Dirección: Jean Becker.
Año: 2007.
Duración: 109 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Daniel Auteuil (el pintor), Jean-Pierre Darroussin (el jardinero), Fanny Cottençon (Hélène), Alexia Barlier (Magda), Hiam Abbass (esposa del jardinero), Élodie Navarre (Carole).Guión: Jean Cosmos, Jacques Monnet y Jean Becker; basado en la novela de Henri Cueco.
SINOPSIS
Tras haberse hecho un renombre en París, un pintor (Daniel Auteuil) regresa a su pueblo natal en la Francia profunda para ocupar la casa en la que creció. Un jardín de buenas proporciones rodea el edificio. Pone un anuncio en el periódico local buscando un jardinero. El primer candidato (Jean-Pierre Darroussin), y el definitivo, es un antiguo compañero de colegio milagrosamente reencontrado después de tantos años. Los días pasan y el pintor descubre a un hombre que acaba por asombrarle gracias a su franqueza y a la simplicidad de la mirada con la que ve el mundo.
Tras haberse hecho un renombre en París, un pintor (Daniel Auteuil) regresa a su pueblo natal en la Francia profunda para ocupar la casa en la que creció. Un jardín de buenas proporciones rodea el edificio. Pone un anuncio en el periódico local buscando un jardinero. El primer candidato (Jean-Pierre Darroussin), y el definitivo, es un antiguo compañero de colegio milagrosamente reencontrado después de tantos años. Los días pasan y el pintor descubre a un hombre que acaba por asombrarle gracias a su franqueza y a la simplicidad de la mirada con la que ve el mundo.
Ciclo de Cine Francés Contemporáneo
"Comedie et tragedie, comme dans la vie"
•05/10 Dialogue avec mon jardinier (El jardinero) (2006)
•12/10 La scaphandre et le papillon (La escafandra y la mariposa) (2007)
•19/10 Entre les murs (Entre los muros) (2008)
•26/10 Le fabuleaux destin d’Amelie Poulain (Amelie) (2001)
Entrada general: $ 2.-
Socios Alianza Francesa, Sociedad Italiana y Amsafe Castellanos: GRATIS.
Organizan: Alianza Francesa y Sociedad Italiana.
Coordinación general: María Emilia Sánchez.
Auspician: Amsafe Castellanos, Cardón Cosas Nuestras (ahora en Bv. Santa Fe 269), Casa Rodante Taller de Cine, Diario La Opinión y Octavo Arte DVD Club.
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