miércoles, 8 de abril de 2009

París y la literatura hispanoamericana

Tres escritores hispanoamericanos radicados en París hablan de su experiencia en la Ciudad Luz.
Fuente: RFI Radio France International

"Tacaña, negligente, estreñida, envidiada, la más grácil sin esfuerzo, ninguneadora, París encubridora recluida en su propio delirio de grandeza”, escribe en un poema la argentina Luisa Futoransky, con mezclados sentimientos de amor y de odio a la ciudad en que vive desde 1981. Nacida en Buenos Aires en 1939, Futoransky es autora, entre otros libros, de los poemarios Trago fuerte y La parca, enfrente, y de las novelas: Son cuentos chinos, De Pe a Pa y Urracas. “Hay un París de las tarjetas postales, de Jeanne Moreau y Les Cahiers du cinéma y el París en el cual uno se gana la vida. Para gozar más de esta ciudad o de otra hay que tener veinte años”, precisa esta escritora que trabajó durante once años en el Centre Georges Pompidou, lo cual la llevó a apreciar el arte contemporáneo, y que en París descubrió los jardines: “suelo ir al Jardin des Plantes, que forma parte de la geografía de Cortázar”, dice.

Nacido en Concepción, Chile, en 1944, el poeta Waldo Rojas es autor de Príncipe de naipes, Cielorraso, Almenara, Deber de urbanidad y otros libros, reunidos todos en 1995 en Poesía continua. Profesor universitario de Historia, Rojas vive en París desde 1974. “En un momento me interesaron mucho los rincones de la Comuna de París, que yo había estudiado como historiador en Chile. En otro momento le seguí la pista a los lugares donde vivió en París Vicente Huidobro. Me interesan también cementerios como el Père Lachaise y el de Montparnasse”, señala este poeta que ha traducido al castellano la poesía de Francis Ponge y la obra poética en francés de su compatriota Huidobro.

Narrador, poeta y periodista es el colombiano Eduardo García Aguilar, nacido en Manizales en 1953 y residente en Francia desde 1974. El autor de Tierra de leones, El viaje triunfal y Tequila coxis y redactor en la agencia de noticias France-Presse, escoge como su lugar predilecto en París el barrio del Palais Royal. "Acá se reunía la juventud ilustrada de París a pensar, hablar y fraguar lo que más tarde sería la Revolución Francesa. En las novelas libertinas del siglo XVIII están descritos los cafés que había acá. Era un sitio de alcohol y prostitución. Aquí acudía Simón Bolívar, que vivía muy cerca". García Aguilar subraya además la residencia en ese barrio de los escritores Colette y Jean Cocteau, y precisa luego: “a cinco metros de donde vivió Bolívar vivió Stendhal y muy cerca Lautréamont".“A partir de los años setenta empezó la crisis del petróleo y desde entonces ir a un café involucraba una pequeña inversión. Además, París se llenó de exiliados políticos latinoamericanos que no estaban necesariamente ligados a lo literario”, puntualiza Waldo Rojas para destacar la diferencia entre el París donde vivió el guatemalteco Miguel Angel Asturias y la ciudad real de hoy. Más optimista, Eduardo García Aguilar concluye: “aún somos muchos los escritores latinoamericanos en París y tenemos la alegría de continuar una tradición nuestra en esta ciudad".

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